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Similar a la propuesta de la obra Cajología, esta serie de intervenciones surge de la observación de la manera en que ciertos andadores o camellones son reparados o construidos en la ciudad de México, en donde frecuentemente podemos encontrar concreto fresco a mitad de la banqueta sin señalización alguna, sólo el molde de madera que lo contiene. La estructura se torna una trampa temporal para andarines despistados y, más frecuentemente, para los perros callejeros que no notan diferencia alguna en el paisaje. Las banquetas terminan por ser el receptáculo de huellas y mensajes de amor u odio entre adolescentes, grabadas en el cemento para la posteridad. En este caso, la intención es recrear esta situación en el interior de una galería, bloqueando el acceso principal entre las dos pequeñas salas de exhibición con una cimbra vaciada en cemento unos minutos antes de la apertura. |