Utilizando un motor de inteligencia artificial para jugar ajedrez, el sistema emplea una red inalámbrica local para hacer jugar a dos computadoras entre sí. Al mismo tiempo, sus respuestas son interpretadas por un sistema que traduce las jugadas en intervalos musicales, dando como resultado una composición generativa.
Cada tipo de pieza corresponde a un timbre particular con una lógica de notación diferente. El resultado se acentúa desplegando una nube de textos con la nomenclatura de la partida. En este sentido, cada partida comienza por sonar igual pero se descompone conforme llega a una solución distinta. |